Los novios estaban en el hogar
de la chica, en Oropesa del Mar,
viendo, tranquilos, la televisión
cuando, de pronto vino un apagón.
Entonces, la novia vio la ocasión
de desatarle al novio, su pasión,
con estos endecasílabos versos,
envueltos en propósitos perversos:
-¡Aprovecha, Joan, aprovéchate, ahora!
¡Puede que no vuelvas a tener otra!
¡Que, ahorita, tienes tu oportunidad!
¡Aprovechando tanta oscuridad!
El oropesino se levantó,
cogió la televisión, la agarró
y salió a toda prisa de la casa...
¡Que nadie se entere de lo que pasa!
No hay comentarios:
Publicar un comentario