A ti, quiero dedicarte estos alejandrinos
porque me salen del alma y de los intestinos,
porque eres la única que sigue mis enseñanzas
en este mundillo de mentiras y de danzas.
Cortos en rimas y texto que no solicitas
pero largos en ánimos que más necesitas.
Tu espíritu inquieto trabaja con valentía
y sólo eso es lo que, a cualquiera, le pediría.
Nieves Rivas, nunca vayas a buscar verdad
donde haya prepotencia, chulería o maldad
y búscala en la sencillez de lo natural...
¡En el mundo noble, sano, corriente y normal!
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