Como el reflejo del sol en el mar,
veo, en tus ojos, los míos brillar...
¡Me has convertido en un loco de atar!
Dijo un inglés a una inglesa, en inglés.
¡Oh, plíss! Contestó la inglesa al inglés...
¡¡En un perfectísimo y culto inglés!!
Mas no creáis que estas hermosas rimas
me las enseñaron las mismas primas,
esas que, alguna vez,, os mencioné,
sino otras, a las que también amé.
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